Llegamos a Montevideo, la capital, a mediodía y como en la terminal terrestre también había un gran centro comercial comimos nada más llegar. Luego nos acercamos dando un paseo hasta el estadio centenario que se encuentra en mitad de un gran parque donde también se encuentra una pista de atletismo y el velódromo. Como estábamos lejos del centro cogimos un autobús que nos llevó hasta el barrio de la ciudadela, el barrio más céntrico de la ciudad. Después de dejar las mochilonas en el hostal nos ponemos alguna capa más ya que a estas alturas ya se nota más el frío del invierno. Paseamos en dirección a una plaza donde se estaba celebrando un acto de conmemoración a la constitución uruguaya y seguimos hasta llegar al puerto de carga; la mayoría de comercios estaban cerrados al ser festivo. Al día siguiente nos levantamos pronto con la idea de aprovechar para ver lo que nos faltó de Montevideo aunque al final nos acabó sobrando tiempo ya que es una ciudad que no tiene muchos atractivos turísticos; recorrimos la calle principal, esta vez sí más animada con las tiendas abiertas, hasta la punta que forma parte de la ciudad vieja donde tomando a la izquierda volvimos por el paseo marítimo desde donde se ve un embrabezido mar. Luego paseamos por la zona centro nueva pero no encontramos nada muy interesante así que nos fuimos hacia la estación para coger un autobús hasta Colonia del Sacramento, una ciudad al noroeste de la capital. Cuando llegamos a Colonia ya estab oscureciendo pero aún así salimos a dar un paseo por sus calles adoquinadas con bonitas casas de piedra y teja, cafeterías y restaurantes con originales decoraciones artesanales llenas de colores y destartalados coches antiguos abandonados y ahora utilizados como macetero, mesas de restaurante...Los farolillos amarillos encendidos por la noche le dan un toque familiar y acogedor a la ciudad amurallada. Al día siguiente volvimos a pasear por la zona antigua de la ciudad pasando por el puerto y luego saliendo hacia la zona más nueva que no tenía demasiado interés en comparación a la parte antigua. Estuvimos paseando hasta que llegó la hora de coger el ferry que nos llevaría hasta Buenos Aires, a unos 50km por el río de la Plata. Colonia nos pareció la ciudad más bonita del país, aunque no es muy grande tiene mucho encanto.
