Empezamos nuestra aventura por la selva cogiendo una furgoneta desde Lago Agrio a El puente, donde nos esperaba una canoa a motor para llevarnos a las cabañas de la selva. Dos horas a lo largo del rio Cuyabeno admirando la frondosa selva y buscando animales para fotografiar. Por la tarde fuimos a Laguna grande a ver delfines rosados donde acabamos el día viendo el atardecer. Esta laguna es curiosa porque inunda un bosque del cual se pueden ver las copas de los árboles, y en Diciembre, Enero cuando baja el nivel del agua reaparece el bosque al completo. Al día siguiente madrugamos para hacer una excursión de tres horas por la selva; para ello nos proveen de unas botas de agua para andar por el fango y un poncho para la lluvia. De los veinte pares de botas Tom tuvo el acierto de escoger las botas con premio…al meter el pie nota un pinchazo creyendo que es una piedra, pero como le seguía molestando se quitó la bota de donde salió una araña enorme y peluda! (es la que sale en la foto con la bota blanca) . La excursión aunque agotadora nos gustó mucho, fue divertido andar por el fango con las botas y ver animales raritos por el camino. Después de una merecida siesta nos fuimos a pescar pirañas, aunque más bien les dimos de comer, porque se comieron toda la carne de los anzuelos y no pescamos ni una. Al anochecer nos acercarnos a las orillas de la laguna a buscar caimanes, acabamos viendo cuatro. Al otro día nos llevaron hasta una comunidad indígena de la selva llamada Siona, donde nos enseñaron a hacer pan de yuca y nos dejaron participar en la elaboración. Más tarde visitamos al Shaman de la comunidad quien nos contó sus experiencias hasta llegar a Shaman y nos hizo una demostración de sus habilidades curativas. Curiosamente se llamaba también Tomas! Al anochecer el guía nos llevó a hacer una excursión por la selva, disfrutamos mucho la sensación de andar por la selva de noche sabiendo que estábamos rodeados de animales y bichos, pero al mismo tiempo fue tensa porque algunos de estos animales son peligrosos. En nuestro último día en la selva nos fuimos en ecocanoa a otra laguna, vaya que nos tocó remar tres horas! Pero mereció la pena, la laguna era tranquila y nos pudimos acercar más a los animales ya que no había motor que los ahuyentara. En resumen, fueron cinco días maravillosos en la selva, rodeados de naturaleza, una vegetación muy variada y abundante, y animales como monos, guacamayos, arañas, serpientes, osos perezosos, aves acuáticas, delfines, pirañas…
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