Llegamos a Guayaquil al medio día, y aunque hemos conseguido dormir algo en el avión estamos algo cansados después de las últimas actividades de las Galápagos. Encontramos un hostal decente por el centro de la ciudad y después de una obligada ducha nos disponemos a pasear por el malecón. Se trata de un paseo marítimo construido en el año 2000, lleno de tiendas, restaurantes y un moderno centro comercial. Lo recorremos desde un extremo donde se encuentra el mercado de cristal hasta el otro extremo donde acaba en el cerro de Santa Ana. Subimos los 444 escalones que hay hasta el faro por unas calles llenas de casitas de colores, cafeterías, pequeños restaurantes, palmeras… Desde arriba podemos contemplar unas bonitas vistas de la ciudad y del mar. Decidimos regresar al hostal pasando por el parque Simón Bolívar, donde nos dicen que hay iguanas sueltas aunque no las llegamos a ver. Después de este paseo por la ciudad nos disponemos a descansar y cargar pilas para el próximo destino, Cuenca. Hacemos un recorrido en autobús de tres horas hasta Cuenca, pero no se hace pesado ya que el paisaje que atravesamos es precioso; se trata del Parque Nacional de Cajas, bonitos montes verdes salpicados de llamas, caballos y vacas. Al llegar a Cuenca localizamos un agradable hostal donde dejamos las mochilonas y salimos a dar una vuelta por la ciudad. Las calles son adoquinadas, con coloridos edificios bajos, es coqueta y limpia. El día siguiente lo dedicamos a seguir conociendo los encantadores rincones de Cuenca, ya que nuestro autobús a Piura (Perú) sale a las 21:30. Nada más salir del hostal nos encontramos una exhibición de bailes regionales de un grupo folclórico de la región. Después del último baile sacan a bailar al público, con suerte una chamaquita escoge a Tom para mostrar sus escasas habilidades en danza ecuatoriana :) Continuaremos nuestras andanzas…en Perú!!!
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